Ya estamos cerca del año nuevo. Ese momento en el que nos emocionamos y ponemos nerviosos porque no sabemos qué nos deparará la vida. Pero hay algo que sabemos a ciencia cierta: que otro año nos marcaremos propósitos que no cumpliremos. Démosle la vuelta a esta tradición anual.
Nochevieja es como el examen final del año. Ese día en el que hacemos un repaso de todo lo aprendido y vivido, y vemos cómo nos ha ido: si se han cumplido nuestras expectativas, si hemos conseguido lo que queríamos o si nos han quedado temas pendientes. Año Nuevo es el primer día del curso: nos creamos nuevas ilusiones y esperanzas y nos marcamos unos objetivos.
Para que 2023 sea un año diferente y llegues al final con un 10, te ayudamos a marcarte unos buenos (y alcanzables) propósitos de Año Nuevo.
Lo primer es sencillo siempre que no estemos enfermos, pero lo segundo requiere un punto extra de esfuerzo. La práctica hace al maestro. Pon todo tu empeño cada día en escuchar al profesor y tomar apuntes. Para ello, si es necesario, elige un pupitre en clase alejado de tus mejores amigos y apaga el teléfono móvil. Para retarte a ti mismo a la escucha activa, puedes proponerte hacer dos preguntas por cada clase, así te obligarás a escuchar todo al detalle para poder intervenir.
Para no fracasar, no aspires a tardes largas y tediosas de estudio. Una hora al día (salvo que surja alguna eventualidad) es un objetivo factible. Que sea una hora de estudio intensivo, sin distracciones. Podrás repasar todo lo visto en clase y cuando llegue la hora de la verdad (es decir, el examen), tendrás todo aprendido. Piensa que es solamente una hora de tu tarde, luego tendrás otras cuantas horas para hacer lo que más te apetezca.
Es un ejercicio muy práctico y te sorprenderá la de cosas nuevas que aprendemos a lo largo del día. Puede ser desde algo que te hayan enseñado curioso en una asignatura (¿sabías que Cristóbal Colón se llamaba en realidad Cristoforo Colombo?), algo que hayas aprendido en redes sociales o algo nuevo que hayas aprendido hablando con tus amigos.
La manera más fácil de aprender es involucrarse. Por eso, puedes coger un tema que te haya gustado esa semana de las clases e investigar más por tu cuenta (con Google, ya no es una excusa). Puede ser la vida de un filósofo o un investigador, qué sucedió en un evento histórico, los mejores atletas de un deporte determinado… Puede que no caiga para el examen, pero estudiarlo te será mucho más fácil y según dicen…el saber no ocupa lugar.
No todo iba a ser estudio y obligaciones. Lo cierto es que la mejor manera de concentrarse es estar libre de estrés. Y para ello, hay que encontrar el equilibrio entre lo que “debes” y lo que “quieres”. Si te gusta el cine, ve una película que te guste. Si prefieres dar una vuelta con amigos, queda con ellos. Lo importante es distraer la mente y disfrutar del camino que tenemos delante de 365 días.
Como verás son solo 5 propósitos bastante fáciles de cumplir, pero que pueden cambiar totalmente el ritmo de tu año. Te recomendamos que los tengas por escrito y a la vista, de esta manera te será mucho más fácil visualizarlos y acordarte de todos ellos. ¡Feliz año nuevo!