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Claves para hacer un buen 2º de Bachillerato de principio a fin

Tiempo de lectura: 4.06 minutos

Es el curso más desafiante, pero también el más ilusionante. Si empiezas ahora 2º de Bachillerato, puede que empieces con más presión de la debida, sobre todo si tienes tu empeño focalizado en una sola carrera que, encima, tiene alta demanda. Queremos darte algunas claves para superarlo lo mejor posible.

Si tienes la puerta abierta a más opciones, estarás más relajado que si tienes una idea fija, pero, en cualquier caso, va a ser un año intenso en esfuerzo y en emociones.

Tener en cuenta las siguientes claves te ayudará a sobrellevar 2º sin ansiedad.

Tensión, pero no presión

La dinámica de estudio se coge desde el principio. Así luego no costará apretar cuando se acerque la EVAU. Tus profesores se van a encargar de imprimir un buen ritmo de trabajo desde el principio. Confía en ellos y no ‘pases’ de lo que te digan. Llevan muchos años preparando a los alumnos para la EVAU.

Debes hacer lo posible por coger una buena rutina de estudio al salir de clase. Rutina de estudio no es estar toda la tarde hincando codos, sino fijarte unos horarios de trabajo, descanso, actividad física y social, hora de irte a la cama… y, sobre todo, tratar de respetarlos.

Te parecerá un rollo, pero el rendimiento que vas a sacarle a eso merece la pena; no sólo en la EVAU, sino el resto de tu vida. También te vas a sentir más fuerte y optimista si logras mantener esa rutina responsable.

No quita que un día, o un fin de semana, te la saltes. Si la tienes bien afianzada, no te costará retomarla al día siguiente de haber hecho la excepción.

Si mantienes esa sana tensión, sentirás menos presión. A veces la presión viene de pensamientos como “debería hacer y no estoy haciendo”.

Planifica el estudio

Hazte tus planillos, tu relación de temas y días. Si ves que te pasas de expectativas, que no te da tiempo a estudiar lo que te programas, trata de ajustar tu programación; bien por la parte de los temas y los ejercicios (a lo mejor te estás imponiendo demasiado), bien por la parte de las horas de estudio (a lo mejor no son suficientes).

Atájalo cuanto antes y no te pases el curso sufriendo ese desajuste. De ahí vienen luego los pensamientos negativos del tipo “no lo voy a conseguir”, “no me da tiempo”, “no he hecho suficiente”… que tanto contribuyen a aumentar la ansiedad según se acerca el mes de junio.

Ejercicio físico cotidiano

En tu rutina diaria debe estar presente el ejercicio físico. ¿Por qué? Porque te va a ayudar a canalizar tensión, a organizarte, a mantenerte sano física y psicológicamente, y a llegar más fuerte al esfuerzo final.

Si no eres de practicar deporte, no es mal momento para empezar con alguna rutina de ejercicio, mejor si es al aire libre; aunque sea salir a caminar a paso ligero. Lo ideal es que lo que sea lo hagas de manera cotidiana y a una hora determinada cada día (no cuando te cuadre).

Si sueles practicar deporte, no es el momento de dejarlo. ¡Al contrario!

Por otro lado, introduce en tus horas de estudio, descansos para estirar cuello, vista, espalda… Aquí van algunos ejercicios que no te llevan más de 5 minutos, te tonifican y te impulsan a seguir hincando codos.

Duerme

No subestimes el factor sueño. Eres joven y podrías mantenerte despierto toda la noche, pero no es el mejor año para jugártela con el descanso. La falta de sueño merma la concentración y el rendimiento de estudio, pero también contribuye a aumentar los nervios, la ansiedad y el pesimismo. Respeta tus 8 horas de sueño y evita las distracciones que te meten, sin darte cuenta, en la madrugada. Ponte límites con las pantallas y mantente firme con ellos. Te irá mejor.

Flexible y condescendiente contigo mismo

Tu objetivo este año es el rendimiento, pero no eres una máquina. Puede haber días que rindas menos que otros, o exámenes que prepares peor que otros. No te fustigues si eso ocurre. Sé práctico. Proponte dar un poco más al día siguiente, o al examen siguiente. Busca aspectos concretos que mejorar (horario, distracciones, sueño…) en vez de torturarte con un “no soy capaz”. Sí lo eres.

Mente abierta

Aunque tengas una vocación muy definida por una profesión y por una titulación, ten cuidado con cerrarte a una sola opción.

Cuando te informas de un campo profesional que te gusta, descubres que (salvo muy pocas excepciones, como Medicina) hay varias profesiones que te conducen a ese campo; igual que verás que una misma titulación luego tiene desempeño en multitud de campos profesionales.

Abre tu mente. Infórmate bien. Trata de hablar con profesionales del sector que te atrae. Te ayudará a ir más relajado a la prueba de acceso a la universidad.

Si son tus padres los que te presionan para estudiar una carrera concreta, eso es otra cosa. En ese caso, los que deben informarse y abrir su mente son ellos.

Diálogo con los padres

Seguro que tus padres son conscientes de la importancia de este curso y te van a apoyar más que nunca, pero puede que también más pendientes que nunca. Si notas su aliento en el cuello, diles que, en la medida de lo posible, que necesitas apoyo, no más presión. Seguro que lo comprenden y te preguntan cómo pueden ayudarte.

 

¡Llegaste a tu último año de Bachillerato! ¡Enhorabuena por haber llegado hasta aquí!

Ahora, vamos. Organízate bien. Conviértelo en tu prioridad. Y ve a por todas. Verás que en un año tienes un bonito recuerdo de este emocionante curso que comienzas.

 

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