España es el segundo país más infeliz de la Unión Europea, solo superado por Hungría. Pese a esto, los niveles de felicidad han aumentado tras la pandemia y te damos las claves para que sigan aumentando en tu día a día.
La empresa francesa de investigación y consultoría Ipsos realiza cada año la encuesta a nivel mundial ‘Global Happiness’, analizando la felicidad de la población. Las conclusiones del año 2022 fueron las siguientes:
Por tanto, aunque nos situemos a la cola de Europa, la pandemia ha dejado una lección a los españoles de cómo ser felices. O, al menos, a considerarnos felices.
Cómo ser feliz
Empecemos por contar algo obvio: las redes sociales nos hacen más infelices. En primer lugar porque nos aislamos evitando el contacto físico con nuestros seres queridos y, en segundo lugar, porque solo encontramos gente feliz (y todos sabemos que las comparaciones son odiosas).
En cuanto a cómo ser felices, el matemático José Manuel Rey Simó, tiene la respuesta: MAX B(X). Explicado al lenguaje de pie, Rey viene a decir que cada persona tenemos un conjunto de alternativas que nos hacen felices: salir a pasear, tomar un café, leer un libro, hablar con un amigo… Pero nuestra mente tiene un gran poder de adaptación, también a la felicidad. Así, el primer sorbo de café nos proporciona mayor felicidad que el segundo, el segundo que el tercero y así sucesivamente.
Por ello, para evitar esa adaptación a la felicidad, Rey propone no poner el foco en una sola actividad. Sería mejor “tener una ensalada de cosas que nos produzcan bienestar y dosificarlas, para no agotarlas”. Así, si tomas el café mientras lees un libro, alargaras esa sensación de felicidad.
La edad de la infelicidad
La ciencia también se ha pronunciado sobre las edades más y menos felices del ser humano. Puede que te sorprenda, pero somos más infelices a los 47 años (a los 42 en países en vías de desarrollo), según un estudio del economista David Blanchflower, profesor de la Universidad de Dartmouth, en Estados Unidos.
Esto se debe a la crisis de la mediana edad, a la posibilidad de un estancamiento profesional y al comienzo de los problemas de salud.
Tranquilo, pasada esa edad de nuevo aumenta la sensación de felicidad. De hecho, las etapas de la vida en las que el ser humano se considera más feliz son la niñez y la vejez, configurando así una curva de la felicidad en forma de “u”. Por tanto, estamos destinados a ser felices.
