Justo te dio la nota para estudiar lo que quieres… pero ¿en otra comunidad autónoma que no es la tuya? Sin duda, supondrá un gran crecimiento personal para ti, pero también un coste económico para tu familia. Veamos a cuánto puede ascender, y qué becas y ayudas hay.
Estudiar en otra ciudad lejos de la tuya sale caro. Empiezas a sumar y te puedes encontrar con un gasto de entre 500 y 2000 euros al mes.
Hay muchas variables que ponderan esa suma: el nivel de vida de la ciudad (no es lo mismo estudiar en Madrid o Barcelona que en Granada o A Coruña), la distancia de casa (por los viajes tuyos y de la familia), el tipo de alojamiento (residencia universitaria, piso compartido o piso para ti solo) y, por supuesto, la posibilidad de tener ayudas económicas públicas para residencia (del Ministerio, de tu comunidad, del ayuntamiento de la ciudad…).
El mes de julio es el mes de búsqueda de casa por excelencia: las familias dedican los fines de semana a desplazarse a la ciudad de destino universitario a visitar pisos y residencias que previamente se han seleccionado en el océano de internet.
Algunas de las webs más consultadas son: Dondememeto, Uniplaces o Aluni.Net.
También hay jóvenes que se decantan por el homesharing para acompañar a personas mayores que viven solas y que ofrecen alojamiento en su casa a precios muy asequibles.
Pues depende. En Madrid y Barcelona es difícil encontrar una habitación por menos de 450 euros al mes. Cuanto más cerca de la Universidad o del centro, más cara. Si nos vamos a las afueras, podemos encontrar habitaciones por 400 euros. En capitales como Valencia y Sevilla, están entre los 300 y los 400. Y en ciudades como Santiago de Compostela, Granada o Salamanca, encontramos por unos 250 euros.
A eso hay que añadirle los suministros de luz, gas, internet… Hay que tener en cuenta que entre los pisos para estudiantes abundan los interiores (con menos luz natural) y los envejecidos, con mal aislamiento e incluso calefactores eléctricos. Todo eso puede incrementar la factura de la luz y del gas.
Muchos estudiantes se llevan su táper a la universidad: si no se lo preparan ellos, hay empresas que los llevan a domicilio por unos 50 euros a la semana. Otros comen en la cafetería de la facultad: el menú, entre 5 y 7 euros. Y también hay que calcular desayunos y cenas.
No olvidemos la tarjeta de transporte urbano y el coste de los desplazamientos de fin de semana a casa.
Al final, para no complicarse mucho lo vida y sentir que los hijos están más protegidos y cómodos, muchas familias se decantan por las residencias universitarias y los colegios mayores que incluyen las comidas, la limpieza y la colada. En ese caso, la factura se dispara. Como todo, depende de la ciudad, y de si compartes habitación o la tienes para ti solo.
En Madrid, tener una habitación para ti con todos los servicios puede costar entre 1200 y 1500 euros al mes. Sin comidas y en habitación compartida podemos encontrarla por 600 euros.
No te olvides de consultar las políticas de becas y ayudas del Ministerio de Educación y FP, del Gobierno de tu comunidad autónoma, de la comunidad a la que desplazas y del ayuntamiento de la ciudad en la que vas a empezar tu nueva etapa.
Para empezar, en las becas del Ministerio hay un apartado de ayuda para residencia. Es decir, si solicitas beca de matrícula porque tu renta familiar está dentro del umbral permitido, puedes marcar también la casilla de residencia.
Si te lo conceden, puede que la ayuda llegue a unos 1600 euros para todo el curso. En la mayoría de los casos no cubrirá el coste total del alojamiento, pero puede llegar a ser significativa.
Consulta también las becas de tu comunidad autónoma, y las de la comunidad de destino; las del ayuntamiento de la ciudad donde vas y las de la propia universidad. Incluso si tu renta familiar es muy baja y tu expediente sobresaliente, puedes encontrar ayudas de fundaciones con proyectos sociales especialmente volcados en el desarrollo de talento.
Y no olvides que siempre puedes poner de tu parte. Muchos chicos y chicas se sacan un dinero al mes dando clases particulares o haciendo prácticas remuneradas (normalmente a partir de 2º) y con eso cubren al menos los gastos de alimentación y de ocio.
El primer año y especialmente el primer trimestre universitario siempre son para aterrizar y familiarizarte con la universidad y la ciudad a la que vas. En unos meses seguro que reunirás información muy valiosa que te ayudará a ahorrar costes e incluso obtener pequeños ingresos.