Inspirar y animar desde el primer día

Hay una cosa en la que estamos de acuerdo todos los orientadores y educadores: la influencia que podemos tener en los alumnos. Sobre nosotros recae (en parte) la motivación con la que enfrentan este nuevo curso.

Mañana, en muchos centros, los alumnos empezarán el nuevo año académico. Nosotros y nosotras ya estamos enfrascados en trabajo y reuniones pero, en la lista de tareas, no podemos olvidar la de apoyar e inspirar a nuestros pupilos desde el primer día. Sólo así podrán exprimir al máximo este curso. 

No hace falta ahondar demasiado para saber que el estado de ánimo de un alumno influye de una manera brutal en sus resultados académicos. Un problema en casa o un acontecimiento inesperado pueden influirle negativamente. En este post nuestra experta nos contó cómo debemos actuar en estos casos. 

Pero, más allá de circunstancias vitales, la motivación también es un motor fundamental para superar el curso con éxito y, la falta de ella, una pesada losa que les puede arrastrar al peor de los escenarios. 

No existe una fórmula matemática precisa para determinar cuánto mejoran las notas de los alumnos motivados, ya que esto puede variar según diversos factores individuales y contextuales. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que la motivación positiva puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico. Los alumnos que están motivados intrínsecamente, es decir, que se sienten impulsados por el interés y el disfrute del aprendizaje en sí mismo, tienden a tener un mejor rendimiento académico en comparación con aquellos que solo están motivados extrínsecamente, es decir, por recompensas externas o presiones sociales. 

¿Cómo podemos conseguir que nuestros alumnos adquieran esa motivación intrínseca desde principio de curso? 

  1. Crear en el colegio (y aula) un ambiente positivo y de apoyo. Los alumnos se sentirán más motivados cuando tengan la seguridad de que sus ideas son valoradas y puedan opinar en clase sin temor a ser juzgados. 
  2. Conectar con los intereses y necesidades del alumno. Los educadores debemos conocer las necesidades individuales de cada alumno y adaptarnos a ellos. Esto es algo, a veces, difícil de conseguir, pero debemos poner el foco en ello.  
  3. Establecer metas claras y alcanzables. Ayuda a los estudiantes a establecer metas realistas y medibles para el curso. Definir objetivos claros puede darles un sentido de dirección y propósito. 
  4. Fomentar la participación activa. Anima a los alumnos a participar activamente en las discusiones en clase, realizar preguntas y compartir sus puntos de vista. La participación puede aumentar su compromiso con el aprendizaje. 
  5. Reconocer y elogiar el esfuerzo. Valora y reconoce el esfuerzo y los logros de los alumnos, incluso si aún no han alcanzado el nivel de excelencia. El reconocimiento positivo puede impulsar su motivación y autoestima. 

Recuerda que la motivación no es un proceso único, sino que debe ser nutrida y reforzada de manera constante a lo largo del curso. Al establecer una cultura de aprendizaje positiva y al brindar apoyo continuo, estarás ayudando a tus alumnos a mantener su motivación a lo largo del año escolar. De momento, empecemos por el principio. 

Contenido relacionado

magnifiercross