Es normal tener dudas sobre la elección de la carrera universitaria y caer en la disyuntiva de: ¿Escojo lo que se me da bien o me lanzo a lo que me gusta?
Algunos de tus amigos tienen claro que se van a matricular en Derecho por una tradición familiar de abuelo y padres abogados, otro se encerrará en casa para preparar la EBAU y conseguir la nota de acceso a Medicina y alguno aspira a ser analista de datos de un gigante digital que le pague más de 50.000 euros al año. Sin embargo, tú aún no sabes qué hacer. Te gustan los videojuegos y los libros de Historia. Estás deseando que lleguen las vacaciones para probar la última novedad de aventuras en la consola y leer la primera parte de Las doce puertas.
Tu familia te pregunta: “¿Qué vas a hacer?”, pero te quedas callado justo antes de responder “Economía” o “Administración y Dirección de Empresas”. Siempre has sacado buenas notas en matemáticas y en ciencias, aunque las letras tampoco se te dan mal. Una voz interior suena cada vez más alta en tu cabeza: “No me apetece mucho estudiar eso, pero supongo que es lo que toca”.
Es normal tener dudas sobre la elección de la carrera universitaria y caer en la disyuntiva de: ¿Escojo lo que se me da bien o me lanzo a lo que me gusta? Tus gustos y aficiones pueden ser mucho más que eso y convertirse en una salida profesional que te permita desarrollarte laboral y personalmente. Analiza tus puntos fuertes y tus debilidades, e investiga las posibilidades. El Grado en Ingeniería en Tecnologías para Animación y Videojuegos o el Doble Grado en Humanidades y Comunicación Audiovisual serían una estupenda opción para ti, aquello para lo que estás hecho.
Es la hora de que aproveches el tiempo libre al máximo. Por un lado, te evadirás de los estudios, despejarás tu mente y te entretendrás, y por otro, mejorarás tus habilidades. Es posible que, de una tarde de diversión, diseñes las bases para un novedoso videojuego histórico o que encuentres una actividad complementaria, extracurricular, que además de proporcionarte ocio y nuevos amigos, complete tu formación. El futuro no está escrito, pero puedes avanzar en su planificación según tus preferencias y habilidades. A partir de ahora, cuando te pregunten qué vas a estudiar ya tienes respuesta.
