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Maestro o la vuelta a las aulas desde otra perspectiva

Un buen profesor es aquel que transmite, que no solo corrige exámenes y llena la pizarra de fórmulas o textos.

Seguro que a lo largo de tu vida escolar has tenido maestros que recuerdas con especial cariño por su atención y por haber sido capaces de sacar lo mejor de ti guiándote en tu día a día. Es posible que ese buen hacer te haya dotado de las herramientas necesarias para ser un gran docente; capacidad de comunicación y amor por la educación. Si es así, es posible que te estés planteando volver a las aulas una vez salgas del instituto o del colegio aunque, ahora, poniéndote al otro lado.

Lo primero que debes plantearte es qué tipo de docente quieres ser. Puedes dar clase a niños de los ciclos de Infantil y Primaria, a chavales de la ESO y Bachiller, a universitarios, e incluso a estudiantes de una Escuela Oficial de Idiomas (EOI). Para todas esas posibilidades, hay una ruta que debes conocer para llegar a ser tan bueno como el profesor que logró que entendieras la importancia que tiene un logaritmo neperiano en el cálculo de la intensidad de un terremoto.

Tendrás que tener un título universitario acorde al nivel educativo al que quieras acceder

Un Grado en Educación Infantil o en Educación Primaria para los niños mas pequeños, del colegio, o una carrera en un ámbito específico para dar clase en Secundaria y Bachillerato. Por ejemplo, si estudias un Grado en Historia, en Matemáticas o en Filología Inglesa, podrás optar a la docencia tras hacer un Máster en Formación del Profesorado y opositar para entrar después en centros educativos públicos. También puedes decantarte por la educación privada al enviar tu currículum y carta de presentación a la dirección de colegios, que evaluarán tu capacitación y te llamarán para mantener una entrevista.

Si lo tuyo es el mundo universitario, será indispensable que hagas una tesis doctoral después de que obtengas la licenciatura y realices un trabajo de investigación de una materia específica. Algo que además te permitirá, al menos en un principio, colaborar en investigaciones universitarias como profesor ayudante. Es más, completar el Doctorado supondrá una gran diferencia en tu perfil profesional y personal haciendo que adquieras gran prestigio y, quién sabe, quizá en un futuro, te conviertas en catedrático. Un título que se obtiene tras muchos años de estudio, investigación, trabajo y publicaciones.

El amor por la enseñanza, capacidad de comunicación y muchas ganas, son tus bazas fundamentales para decantarte por la enseñanza.

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