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Mapas mentales: el mejor punto de partida para estudiar y que no se te olvide nada

A estas alturas de tu vida académica seguramente ya habrás aprendido a hacer mapas conceptuales para estudiar las materias más teóricas. Ojo, que hablamos de ‘hacer’ mapas conceptuales, no de tomar otros ya hechos por tu profesor, por un compañero, de internet o de un libro. Vamos a ver por qué es tan importante hacerte tus propios mapas o esquemas y qué herramientas digitales de uso libre puedes emplear para ello.

Qué son y cómo se hacen

El mapa conceptual es un esquema que resume y organiza de manera visual los principales conceptos sobre un tema, sus conceptos o ideas secundarias y las relaciones entre ellas. El objetivo es tenerlo todo a un golpe de vista.

Esa facilidad de visualización de los conceptos y sus conexiones son de tremenda utilidad para luego desarrollar mentalmente cada uno de los conceptos y sus derivadas. Nos permite recordar la organización general del conjunto y volver mentalmente a los conceptos principales una vez desarrollado cada uno de ellos. Además, nos proporciona una base sólida para seguir ampliando conocimiento a partir de ella.

La memoria fotográfica es de gran ayuda para recordar conceptos cuando nos examinamos de ellos: “Arriba a la derecha estaba esto, en color amarillo puse esto otro, de aquí salían tres flechas…”. No te costará acordarte de ese orden porque lo hiciste tú. Si tienes que hacer una exposición oral en público, lo puedes ir reproduciendo sobre una pizarra.

El tiempo que empleas en hacer un mapa conceptual es tiempo ganado.

La tarea favorece que realices un aprendizaje de calidad, ya que memorizarás los conceptos conectándolos unos con otros; no de manera lineal. A veces, uno descubre que algunas ideas que parecían independientes, en realidad están conectadas y así es mucho más fácil asimilarlas y no olvidarlas.

¿Por qué es importante que los hagas tú?

Esas conexiones que facilita el mapa conceptual se anclan en tu cerebro porque eres tú quien las hace. Tú mismo fijas el conocimiento en epígrafes concretos: haces un ejercicio de síntesis previo, de ir de lo general a lo concreto, que te va a ser súper útil para luego recordarlos y desarrollarlos.

Por eso, la eficacia del mapa conceptual depende de si eres tú el que lo confecciona; el que va ordenando ideas y, muchas veces, modificando el orden inicial hasta que todo encaja.

Sin darte cuenta, estás desarrollando un aprendizaje activo, que es el que mejor fija las cosas en la memoria para que no se olviden, y te prepara para aprender más.

Si, por el contrario, vas a estudiar con el mapa conceptual realizado por otra persona, primero tendrás que entenderlo; lo cual también te llevará tiempo. Al toparte con conceptos y con un orden que no has plasmado tú, te costará más asimilarlo y tendrás más probabilidades de que algo se te olvide.

Por eso, te recomendamos que, si te viene dado, siempre intentes hacerte tú el tuyo propio, aunque sea replicando gran parte del que tomas como referencia. Ya verás como seguro que no te sale igual porque añades y reordenas ideas.

Para hacer un mapa conceptual tendrás que:

  • Emplear palabras, símbolos y colores para visibilizar de manera rápida y clara los múltiples conceptos.
  • Detallar conceptos y frases breves de manera clara.
  • Utilizar palabras a modo de conectores, como verbos que permiten enlazar conceptos aislados en el diagrama.

Herramientas digitales

Aunque seas nativo digital, puede que las primeras ideas de tu mapa conceptual fluyan mejor con un boli en la mano, trazando diagramas y flechas sobre un papel. Al fin y al cabo, está demostrado científicamente que interiorizamos mejor el conocimiento cuando lo reproducimos con la escritura a mano.

Pero tras unos primeros trazos para fijar las ideas principales, seguramente te vendrá bien pasarlas a limpio en el ordenador y desarrollarlas a golpe de tecla.

Para estudiar conviene asegurarte un orden y una limpieza, una jerarquía, unos bloques bien diferenciados… Y para eso lo mejor es emplear herramientas digitales que, además de proporcionarte versatilidad a tu antojo, te facilitan ponértelo bonito, de manera que luego da gusto ver todo ese despliegue de conocimiento incluso desde un punto de vista estético.

Pero, sobre todo, para lo que son útiles las herramientas digitales de mapas conceptuales es para trabajar en grupo, para diseñar esos mapas entre varias personas. Cuando el conocimiento se reparte entre varios, hay programas y apps que facilitan la puesta en común y el orden visual de todo ese conocimiento.

Hay tantos, que sería difícil decantarse por alguno.

Entre las herramientas de uso gratuito, Canva es la más conocida, puesto que con ella hemos trabajado desde pequeños en el colegio para hacer trabajos y presentaciones.

Pero también tienes a tu disposición Mindomo, GoConqr,  Bubbl, Miro y Lucidspark.

Con ellas puedes trabajar también en línea con tus compañeros porque son herramientas pensadas para crear mapas mentales de manera colaborativa.

Todas tienen plantillas prediseñadas para elegir la que más te convenga, pero también te permiten dar rienda suelta a tu propio orden. Te permiten, además, subir imágenes y vídeos.

Has de tener cuidado con entretenerte más de la cuenta con las múltiples posibilidades estéticas que te facilitan las herramientas digitales: forma de las cajas, colores, tipos de flechas, tipografías…

Te recomendamos que una vez des con un formato con el que estés conforme, lo repliques en todos los mapas que hagas en adelante haciendo sólo leves variaciones estéticas, por ejemplo, para distinguir temas.

 

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