La palabra spam viene de spice ham (jamón con especias). Un alimento que fue muy popular en Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y del que hay hasta un sketch cómico. Si quieres saber más, no te pierdas este post.
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Seguro que alguna vez has pensado que habías perdido un correo electrónico o que ni siquiera te había llegado. Luego, has mirado en la carpeta de correo no deseado y lo has encontrado. Es algo tan habitual que nunca te has preguntado qué significa o de dónde viene la palabra spam, ¿verdad? Pues bien, su origen es muy curioso. Se usó por primera vez en 1957 en Estados Unidos como abreviatura de spice ham (jamón con especias). La empresa americana Hormel Foods lanzó al mercado una lata de carne que, unos años antes, durante la Segunda Guerra Mundial, habían consumido los soldados británicos y soviéticos porque era fácil de conservar.
En realidad, es una mezcla de carne de cerdo con azúcar, sal y patata, bastante similar al chóped. Se hizo muy popular porque costaba poco y combinaba con todo; en un bocadillo, en un plato combinado, en un estofado o solo.
El grupo británico de humoristas Monty Python se burló de este alimento en una escena cómica en la tele: una pareja pide el menú en un bar y la camarera les lee una carta enorme que solo tiene platos con spam:
"-Buenos días, ¿qué tienen?"
-Buenos, días. Tenemos huevos con bacon; huevos, salchichas y bacon; huevos y spam; huevos, bacon y spam; huevos, bacon, salchichas y spam; spam, bacon, salchichas y spam; spam, huevos, spam, spam, bacon y spam; spam, spam, spam, bacon y spam; spam, spam, spam, spam, spam, spam, judías y spam”.
A partir de ahí, se empezó a asociar la palabra con algo muy abundante que nadie quiere, como la "basura" que llega a tu correo electrónico.
¿Sabías que la carne enlatada de la marca Spam se sigue vendiendo? La empresa ha registrado récord de ventas en 2021 por séptimo año consecutivo. Una lata de 340 gramos cuesta cerca de tres euros y medio, pero es difícil encontrarlo en España a no ser que lo pidas por internet.
Está claro que los españoles preferimos el jamón ibérico.
