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Habilidades blandas o 'soft skills'

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Puede que hayas oído hablar de ellas, pero no estés seguro de qué son o si serán importantes en tu futuro. Te contamos todo lo que necesitas saber.

En un mundo cada vez más preparado, los conocimientos son importantes, pero no lo único a tener en cuenta. En los últimos años cada vez se ha puesto más en auge el término soft skills.

Este término anglosajón significa habilidades (skills) blandas (soft). Es decir, aquellas cualidades que tiene una persona para tener éxito en el trabajo. En contraposición, existen las hard skills (habilidades duras). Veamos la diferencia.

Hard Skills o habilidades duras

Habilidades de carácter técnico, es decir, se adquieren y mejoran a través de la formación y la experiencia. Son conocimientos que se pueden medir y cuantificar. Aquí entrarían los conocimientos de inglés, saber de programación o teclear rápido en el ordenador, por ejemplo.

El título universitario entra dentro de este grupo, por ser conocimientos que se pueden adquirir mediante materiales de formación.

Soft skills o habilidades blandas

Son habilidades más propias de la forma de ser de una persona. Por ejemplo, entrarían aquí la creatividad, la capacidad de trabajo en equipo, poder controlar el estrés… Te contamos cuáles son las más demandadas hoy en día y cómo mejorarlas desde este preciso momento:

  1. Tener buena comunicación. Para expresar exactamente lo que quieres decir y que te entiendan, lo mejor es pensar antes de hablar. Puedes empezar a practicarlo cuando tengas algo importante que hablar con tus padres o con algún amigo. Vuelca tus pensamientos sobre un papel escrito y lee en voz alta tu discurso para ver si se adapta a lo que quieres expresar. Una vez inicies esa conversación, expón tus ideas. Luego, para poder responder, escucha a la otra persona con atención. Analiza lo que te está diciendo, piensa tu respuesta, y contesta. Pronto te saldrá solo.
  2. Capacidad de liderazgo. Las empresas quieren personas líderes, que puedan tomar las riendas de un equipo o proyecto. Empieza a ser ese líder desde ya, y en los trabajos de grupo ofrécete como supervisor, toma las riendas de la situación.
  3. Adaptación al cambio. La adaptabilidad es una cualidad muy deseable, pero no es tan fácil de trabajar. Puedes empezar por aprender a regular tus emociones. Cuando te suceda algún imprevisto respira hondo y analiza la situación. Piensa qué está en tu mano y qué no. Lo primero está a tu alcance y deberás poner tu empeño para conseguirlo. Ponte manos a la obra.
  4. Organización y buen manejo del tiempo. Esto es algo que estarás harto de escuchar en tus estudios: “organízate”. Pues así es, es algo que tienes que poner en práctica desde ya, para tu presente y para tu futuro. La segunda parte, buen manejo del tiempo, significa que sea provechoso. Ponte a prueba: empieza por espacios más cortos de tiempo en los que puedas estar concentrado durante todo el tiempo (por ejemplo, una hora de estudio al día) y ve en aumento poco a poco.
  5. Pensamiento analítico y actitud curiosa. ¿Qué te interesa? Investiga sobre ello. Toma como referencia una asignatura que estés viendo en clase, la que quieras, y ve más allá. Puedes buscar en Internet, ver películas o documentales sobre el tema… Descubrirás detalles interesantes y te permitirá conocer (y analizar) el asunto en profundidad.

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