Dicen que hay profesiones que aún no han nacido y algunas están naciendo ahora. Aquí te presentamos 15 de las que ya empieza hablarse como súper necesarias en 2030. ¡A lo mejor descubres en ellas tu auténtica vocación!
Según LinkedIn, la red social de profesionales y empleadores por excelencia, hay 15 empleos que en 2030 estarán contratando con seguridad. El mundo los necesita con urgencia. Tienen que ver con la sostenibilidad del planeta, nuestra salud y la sociedad tecnológica.
Los trasplantes ya no tendrán que esperar a que haya un donante. Habrá órganos de nueva creación, puede que incluso órganos que hoy no existen y que complementen a los que tenemos. Todo un campo por delante para la biología molecular, la ingeniería biomédica y la ingeniería de tejidos.
La gran esperanza para la sostenibilidad del planeta. Habrá políticas y negocios centrados en devolver la naturaleza, la flora y la fauna salvajes allí donde fueron aplastadas por el hombre con instalaciones, fábricas, urbes y carreteras hoy abandonadas, de las que podemos prescindir. Porque necesitamos más árboles que hormigón en desuso. Los ‘rewilders’, como los llaman en inglés, serán precisarán experiencia en agricultura, manejo de vida silvestre y ciencias ambientales.
Nada que no haya inventado la ciencia ficción hace décadas. Echa un vistazo a Desafío Total y sus implantes de recuerdos vacacionales en el cerebro para hacerte una idea de dónde puede acabar la cosa con ayuda de la ciencia. Todo un campo para guionistas, creadores audiovisuales y de videojuegos.
Además de imaginación y formación especializada en metaverso, estos profesionales precisarán habilidades de negocio y espíritu emprendedor.
Para todo tipo de superficies, interiores y exteriores. Con el fin de que las construcciones y todo aquello en contacto con el ser humano sea limpo, eficiente energéticamente, sostenible, inteligente y conectado. Hacer biopelículas inteligentes será todo un desafío para biólogos, ingenieros de materiales y de electrónica. Fabricarlas, un filón de negocio. Instalarlas, mucha mano de obra especializada.
Lleva siendo ‘una profesión del futuro’ desde hace décadas, pero el desarrollo tecnológico que ha habido en este campo en los últimos años la ha convertido en una profesión del presente, ahora sí, con mucho futuro por delante. Geólogos y geofísicos tienen un terreno donde desarrollarse profesionalmente con buenas perspectivas.
La impresión 3D empezó construyendo prototipos; continuó con piezas y artefactos de uso real; entró en el terreno de las prótesis y quién sabe dónde llegará. Dicen que será de uso recurrente para la construcción rápida de instalaciones efímeras, bien para dar respuesta a emergencias humanitarias y evitar catástrofes naturales; bien para servicios públicos efímeros o para mera contemplación artística. Atentos, los ingenieros de estructuras y los ingenieros industriales.
Los algoritmos van a regir parte de nuestras vidas (hasta donde los dejemos, claro). Son los cálculos matemáticos que establecen patrones entre los datos masivos que nosotros generamos y que las máquinas generen determinadas respuestas ‘pensando’ en nosotros, nuestro comportamiento habitual. A veces, esos algoritmos pueden encerrar un sesgo que acabe limitando a las personas o perjudicándolas, pero también pueden llegar a crear problemas a gran escala en las empresas, los servicios públicos... Así que, cuanta más Inteligencia Artificial haya gestionando nuestras vidas y las de nuestras ciudades, nuestros servicios, nuestros sistemas de seguridad…, más necesarios van a ser los vigilantes y los correctores de esos algoritmos que sostienen la Inteligencia Artificial y la permiten crecer.
Estamos condenados a entendernos con las máquinas. Van a ser compañeras de trabajo ‘naturales’. Pero el funcionamiento en equipo va a seguir siendo clave para los resultados. Por eso, además de saber trabajar con las máquinas harán falta especialistas en coordinar máquinas y personas. Todo un arte para el que habrá que estar dotado, además de conocimientos de programación, de una gran inteligencia emocional.
Más allá de si es burbuja o no, el crecimiento del negocio de las monedas digitales precisará cada vez más especialistas en inversiones de este tipo.
Si cada vez hay más drones y se emplean para cada vez más cosas (cultivos, seguridad, mercancías…), harán falta muchos especialistas en drones y en gestión del tráfico aéreo.
Alguien tendrá que repararlos cuando se estropeen. Las predicciones apuntan a que en 2030, los taxis de conducción autónoma cuadruplicarán a los taxis con conductor. Es decir, que pedirás un taxi y no habrá nadie en el asiento delantero.
Las casas ya no dependen sólo de arquitectos, constructores y albañiles. Estarán llenas de sensores conectados a internet, supuestamente para hacernos la vida ‘más cómoda’. Los hogares serán diseñados con la máxima eficiencia energética y la capacidad de regular la temperatura interior respecto a la del exterior.
Detrás de cada cosa que compramos, sea comida, ropa, aparatos, etc, hay una cadena de suministro de una tremenda complejidad, controlada por supercomputadoras. Cuanto más consumimos, más voluminosa y compleja es esa cadena de suministro desde el lugar de fabricación hasta la tienda o la puerta de nuestra casa. Es un sector que absorbe y absorberá muchísimos profesionales de todo tipo y diverso grado de cualificación.
La sociedad de consumo tiene un problema. Generamos tanta basura, que ya no cabe. Nuestras ciudades, nuestras empresas y nuestros estados precisarán políticas específicas para gestionar los residuos. Por tanto, hay un amplio desarrollo por delante en cuestión de negocios, desarrollos científicos y tecnológicos, y profesionales especializados en ello.
