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Adiós a los pupitres, hola tecnología

Los tiempos cambian y todo se adapta. Cada vez cobran más importancia los edificios inteligentes. La modernidad también ha llegado a las aulas… o está a punto de hacerlo. Te lo contamos.

La enseñanza tradicional no se pierde, evoluciona. Las aulas del futuro van a favorecer el movimiento, tanto de mobiliario como de profesores y alumnos. Los jóvenes van a ser más protagonistas en el proceso de aprendizaje.  

El mundo evoluciona a pasos agigantados. Ya estamos hablando de mundos virtuales y de inteligencia artificial. Sin embargo, más allá de proyectores y algunos ordenadores, la mayoría de aulas conservan la estética de hace cincuenta años: pupitres en fila, cuadernos, pizarras y tizas.  

Ya estamos viendo pequeños cambios, pero empresas como la INTEF (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado) van más allá e investigan nuevos formatos para dar las clases. 

En primer lugar, el mobiliario. Los pupitres estáticos tienen los días contados. Para favorecer el aprendizaje, se proponen aulas de mesas compartidas, pantallas digitales y rincones de trabajo. Guillermo Bautista, profesor de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, afirma: “Las clases de muchos colegios e institutos no invitan a aprender. La mayoría son espacios desagradables que no predisponen al bienestar físico ni psicológico. Para que haya aprendizaje tiene que haber movimiento». 

Asimismo, lanza un guiño a sus compañeros de profesión: “Es importante que los profesores tengan los recursos suficientes para poder sacarle chispas a estas nuevas aulas. No vale de nada que pongamos muebles chulísimos y flexibles si los docentes no tienen las competencias pedagógicas necesarias para explotar todos los recursos a su alcance”. 

El aspecto que tendrían las aulas del futuro sería algo parecido a esto: 

Tal y como se observa, se garantizan varios espacios para que los alumnos desarrollen distintas facetas del aprendizaje. Por un lado hay espacios para los trabajos grupales, donde los estudiantes podrán interactuar, debatir, planificar e indagar junto a sus compañeros. También un rincón más creativo, que podría albergar incluso materiales de grabación, y otro dedicado a las presentaciones. Por último, una parte con ordenadores destinada a la investigación. 

Además de favorecer la integración de la tecnología en el aula, se apostará por un diseño más agradable: colores neutros que permitan una mejor concentración y un sistema de ventilación mucho más avanzado.  

Todo influye en el aula teniendo en cuenta la cantidad de horas que los alumnos (y docentes) pasan en el aula.  

Y a ti, ¿te gustaría ver pronto este cambio?  

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