Chris Gardner creció en un hogar infeliz: su padre biológico desapareció y su padrastro pegaba a su madre. Con 8 años tuvo que ser trasladado a un centro de menores, donde abusaron de él. Ya de joven, ingresó en la marina como miembro del cuerpo médico. Tras varios años estudiando medicina, finalmente decidió empezar una carrera como comercial de equipamiento médico. Sin embargo, con la llegada de su hijo Jarrett, el dinero no era suficiente y, tras el abandono familiar de la madre de su hijo, tuvo que compaginar varios trabajos. No fue suficiente: durante todo un año Chris y Jarrett tuvieron que dormir en albergues, parques o incluso baños públicos.
Chris era siempre el primero en llegar a la oficina y el último en irse. Persistió en su deseo de un futuro mejor, y así fue como en 1982 pasó el examen de corredor de bolsa y empezó a trabajar en Dean Witter Reynolds. ¿El resto? Trabajo, esfuerzo, buenas inversiones, tratos multimillonarios, fundaciones, ayuda a la beneficencia y una película sobre su vida protagonizada por Will Smith y que le mereció una nominación Oscar por su interpretación.
Esta es la increíble historia de un hombre bueno que pasó de vivir en la calle a ser multimillonario gracias a su esfuerzo y trabajo. Un hombre que luego ha devuelto la ayuda a los más desfavorecidos.