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"Un buen diplomático debe ser racional y tener una gran capacidad dialéctica"

La palabra diplomático puede sonar confusa si no es una profesión que conozcamos.

Javier Morillas ha sido profesor de diplomacia durante diez años y tiene una trayectoria profesional de más de cuarenta años. Una figura que ha representado a nuestro país ahí donde ha viajado.

Javier nos cuenta la parte positiva y negativa de su profesión. Conocer a mucha gente y poder viajar es sin duda algo apasionante, que puede convertirse en algo difícil cuando se trata de conciliar con la vida familiar.

“Una de las partes más enriquecedoras de esta profesión es llevarte a tus hijos contigo y que aprendan nuevos idiomas y conozcan nuevas culturas”.

Idiomas y unas ganas inmensas de recorrer mundo. A la diplomacia se puede llegar desde distintas carreras, pero merece la pena tener una actitud abierta y una perseverancia enorme, sobre todo para enfrentarse posteriormente a las oposiciones.

Javier nos cuenta un poco más sobre esta profesión tan interesante y reconoce que “lo más duro de llegar a la profesión es prepararte la oposición y cantar los temas”.

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