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Derribando el acoso escolar: datos y prevención

El bullying es uno de los problemas actuales que más nos preocupan como sociedad. Más aún si cabe para los profesionales de la orientación, que tenemos un papel clave para prevenirlo.

Un 9,5% de los alumnos señala haberse sentido acosado, según un informe del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

1 de cada 10 alumnos de Educación Primaria reconoce haber sufrido bullying. Son cifras actuales del informe que este año ha publicado el Ministerio de Educación y Formación Profesional, tras analizar datos de más de 37.000 alumnos, docentes, familias, equipos directivos y de orientación. Además, el 4,6% de los alumnos reconoce haber acosado alguna vez a algún compañero. 

Las nuevas tecnologías agravan el problema ya que, en un entorno de acoso que antes se daba únicamente en el aula, ahora la traspasa. Así, el 9,2% admite haber sufrido ciberacoso y el 4,6% (sí, también) han reconocido abusar de un compañero a través de Internet. 

Como apreciamos en este informe, el bullying ya no entiende de aulas o paredes, sino que acompaña también a sus casas a aquellos niños que lo sufren. Sus hogares ya no son lugares seguros, no mientras tengan cerca un aparato electrónico sin supervisión. 

Este informe también arroja datos muy curiosos cuando se habla de valoración global de la calidad de convivencia en la escuela. Los alumnos valoran muy positivamente la relación de sus profesores con sus familias (nota de 9,4 sobre 10) y la relación de ellos mismos con sus maestros (8,7 sobre 10). En tercer lugar, curiosamente, se posiciona la calidad de relación entre sus propios compañeros (eso sí, con una nota todavía alta de 8,4 sobre 10).  

Puedes leer el informe completo aquí. 

No obstante, en este texto nos centraremos en dos datos muy relevantes cuando hablamos de acoso escolar: el 31% de los alumnos acosados acudieron a un profesor (frente al 20% que acudieron a un familiar) y, según las respuestas de personal de orientación, el 52% de los colegios tiene programas de Mediación Escolar y el 33% programa de Alumnado Ayudante de convivencia. 

En otras palabras, los alumnos confían en su centro escolar antes que en nadie para contar que están sufriendo episodios de acoso, pero la mitad de esos colegios no tienen establecidos planes de acción para solucionar estos terribles conflictos.  

Más allá de los protocolos oficiales, este informe propone tres soluciones para mejorar la convivencia en el aula y evitar el bullying. 

Elaborar las normas de convivencia de aula con la participación del alumnado. Es decir, construir juntos en el aula unas directrices que tengan sentido para ambas partes y que huyan de la imposición y apuesten por la conciliación. 

Intensificar la formación del equipo docente y de orientación. Sin duda, es necesario formarse continuamente para advertir nuevas formas de hacer frente a los problemas de acoso y proporcionar la seguridad en los alumnos para que puedan dar la alarma ante una situación así en el minuto uno. 

Agilizar la carga burocrática en la gestión de la convivencia escolar en los centros educativos. Esta es una demanda elevada a organismos superiores desde los centros, que se ven asfixiados ante interminables gestiones burocráticas.  

Cabe recordar que el acoso debe derribarse desde un primer momento y que una acción tardía o poco eficaz puede derivar en unas consecuencias nefastas. Si nuestros alumnos confían en nosotros (y así lo demuestran los datos) correspondámosles como se merecen.

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