La salud mental en los jóvenes: una prioridad estatal

En la actualidad, se habla mucho de un tema que hasta hace un par de años se consideraba tabú, la salud mental. Tras la pandemia, han proliferado artículos en páginas de periódicos, entrevistas, conferencias, podcasts de expertos… que tratan este tema, y es que no es para menos. España es el país del mundo donde más tranquilizantes se toman, lo que deja entrever que existe un problema de fondo y que está afectando notablemente a nuestra sociedad, no sólo a adultos, sino también a los adolescentes. 

En esta ocasión, queremos centrarnos en estos últimos, los adolescentes y jóvenes que se encuentran en fase de maduración y que tienen que lidiar con sus propios problemas. Vamos a descubrir qué afecta a estos adolescentes y cómo viven las emociones, entre otras cuestiones. Para ello, Cristina Peralta, responsable del Servicio de Orientación Universitaria de la Universidad CEU San Pablo, nos va a ayudar a responder a estas incógnitas, aportando consejos útiles y de gran valor para padres y orientadores. 

  • ¿Cómo viven los adolescentes las emociones? ¿Varían de las de un adulto? 

La adolescencia es sin duda una época de cambios por excelencia. Los jóvenes tratan de buscar su identidad, las relaciones sociales con sus iguales se trasladan a un primer plano, aparece una preocupación excesiva por la autoimagen…Si a esto le sumamos la explosión hormonal que experimenta el adolescente, podemos deducir el impacto emocional que todo esto conlleva. 

El conjunto de estos cambios provoca que exista una mayor fluctuación emocional durante esta etapa. Por un lado, viven intensamente cada momento y, por otro, en ocasiones presentan una tendencia a la impulsividad, así como reacciones emocionales descontroladas. 

  • ¿En la actualidad, a qué tipo de problemas se enfrentan los adolescentes y jóvenes que pueden afectar a su salud mental? 

Algunos adolescentes se ven expuestos a situaciones de riesgo que no dependen de ellos, pero que les pueden afectar en gran medida. Entre las más frecuentes encontramos: dificultades económicas, violencia física y psicológica y experiencias traumáticas. Estas situaciones, sumadas a la falta de red de apoyo o de recursos personales de gestión emocional, podrían ser algunos de los detonantes que los lleven a desarrollar un problema de salud mental. 

  • ¿Cómo reconocer que un adolescente está sufriendo y necesita ayuda psicológica? ¿En qué deberíamos fijarnos? 

Existen ciertas señales que nos pueden indicar que un adolescente está atravesando dificultades personales, y que en un momento dado puedan requerir atención psicológica.  

Algunas de estos indicadores podrían ser: cambios llamativos en el comportamiento, apatía y pérdida de la capacidad de disfrute, alteraciones en el sueño y falta de cuidado del aspecto personal, entre otros. Estas actitudes pueden ponernos en sobre aviso. Sin embargo, es importante aclarar que no todos los adolescentes tienen por qué sufrir trastornos mentales durante esta etapa. Aquí juegan un papel importante las estrategias de afrontamiento que el menor posea, así como que exista una buena red de apoyo. 

  • ¿Cómo pueden abordar los padres y orientadores en los colegios e institutos esta problemática con los adolescentes? 

El papel de las familias y de los colegios es esencial a la hora de detectar posibles dificultades. Es importante que los padres puedan crear un ambiente seguro y acogedor en el que sus hijos puedan expresar sus preocupaciones e inquietudes de forma natural, sin miedo a ser juzgados. 

En los casos en que se detecten señales de alarma, que excedan nuestras posibilidades de ofrecer ayuda, es fundamental buscar apoyo en profesionales de la salud mental, para abordar cuanto antes el problema. 

  • ¿Qué consejos daría a esos padres que no saben cómo afrontar una situación delicada con sus hijos, en lo que a salud mental se refiere? 

Como psicóloga, mi consejo para los padres que se enfrentan a situaciones difíciles relacionadas con la salud mental de sus hijos se basa en varias cuestiones clave. En primer lugar, contar con una comunicación abierta y comprensiva es fundamental, que permita establecer un espacio seguro donde sus hijos se sientan cómodos expresando sus emociones y preocupaciones sin temor al juicio. Además, es crucial que los padres busquen ayuda profesional si sospechan que su hijo está experimentando dificultades que afecten a su estado emocional. 

Animo a los padres a crear un ambiente familiar que fomente la comprensión y el apoyo mutuo. Participar en actividades familiares y promover la conexión emocional puede fortalecer los lazos familiares y proporcionar un entorno de apoyo y seguridad para los hijos. 

 

Ya lo sabéis orientadores: la salud de los adolescentes y jóvenes es un tema de prioridad. Por lo tanto, el compromiso que desde vuestros centros tengáis con su bienestar físico y emocional, será un factor de protección que les permitirá convertirse en jóvenes maduros emocionalmente, preparados para enfrentar los retos de la vida.   

 

 

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