Mis asignaturas pendientes para septiembre

¡Bienvenido verano! El ritmo de trabajo va desacelerando por momentos (o acelerando, si tenemos todavía muchos puntos que cerrar antes de las vacaciones estivales). A los orientadores nos cuesta poner el cerebro en modo ‘off’, porque siempre se nos ocurren nuevos aspectos a mejorar.

Es una ocasión estupenda para reflexionar sobre el año que ha pasado y mirar al futuro con entusiasmo. El verano es un momento ideal para relajarse, cargar energías y pensar en las mejoras que podemos implementar en nuestro trabajo el año próximo. Hagamos una reflexión que nos sirva de inspiración a todos los compañeros y compañeras de la orientación. 

El año escolar ha sido desafiante y gratificante a la vez. Hemos tenido la oportunidad de trabajar con estudiantes, padres y colegas, y ser testigos de su crecimiento y éxito. Sin embargo, seguro que podemos identificar áreas en las que podemos mejorar nuestro enfoque y práctica profesional para brindar un apoyo aún más efectivo. 

Uno de los puntos que siempre es foco de mejora es la comunicación. Es importante establecer una comunicación clara y abierta con los estudiantes y sus familias. Para el próximo curso, podemos ponernos los deberes de mantenerles informados de todos los recursos y servicios disponibles en nuestros centros. Asimismo, de establecer un ambiente acogedor y de confianza para abordar cualquier inquietud que puedan tener.   

Otra de las “asignaturas” que podemos reforzar es la de la planificación y organización. La orientación escolar implica trabajar con múltiples estudiantes y tareas a la vez, y es esencial mantener una gestión efectiva del tiempo y los recursos. Para ello, deberemos planear implementar estrategias que nos ayuden a establecer claras las prioridades, crear sistemas de seguimiento y mantener una agenda equilibrada. Esto hará que ofrezcamos un servicio más eficiente a los estudiantes y sus familias. 

Como tercer punto, para el curso que viene deberemos intentar enfocarnos en el desarrollo profesional continuo. La educación está en constante evolución y es importante mantenerse actualizado con las últimas tendencias y prácticas en orientación escolar. Seguro que podemos buscar nuevas formaciones y conferencias, en las que encontraremos otros profesionales de la orientación con quienes compartir ideas y conocimientos. Al aprender de otros colegas, nos brindamos una capacidad laboral más sólida y basada en la evidencia.  

Y, por último, pero no por ello menos importante: la asignatura de la “colaboración”. El próximo curso debería ser una fuente de trabajo en equipo, coordinándonos con los profesores y otros miembros del personal escolar. Trabajar juntos nos permitirá abordar de manera más efectiva las necesidades de los estudiantes y crear un entorno de aprendizaje y apoyo integral. Juntos, podemos desarrollar estrategias y programas que promuevan el bienestar emocional, la resiliencia y el éxito académico de los estudiantes. 

Como vemos, no sólo los alumnos pueden tener asignaturas pendientes. Los profesionales de la orientación debemos aprovechar el verano para reflexionar y planificar las áreas de mejora en el siguiente año escolar. Desde una mejor planificación hasta la colaboración con los docentes, los orientadores debemos apostar por un trabajo de calidad que sea un apoyo sólido para los estudiantes. El futuro es prometedor, ¡abracemos los desafíos! 

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