“Adicciones” ladronas de tiempo

No entraremos a juzgar si es una buena o mala inversión, si es adecuada o no, pero sí invitamos a ser conscientes: Y tú, ¿en qué gastas tu tiempo, en qué gastas tu vida?
Hay ladrones de tiempo que entran sigilosamente en nuestro día a día y no nos damos ni cuenta:
- El móvil y otros dispositivos. Nos sacan de la realidad, nos sacan del aquí y del ahora, que es el regalo que tenemos y que por eso se llama ‘presente’. Vives la vida a través de una pantalla y llenas tu cabeza de imágenes, cuando en realidad lo que necesitas es vivir la vida que acontece y vaciar tu cabeza para dejar espacio a tu persona.
- El perfeccionismo. Lo perfecto es enemigo de lo bueno. Muchas veces no damos un paso adelante hasta que todo está en su sitio, perfectamente dispuesto para ser acometido. ¿Y si eso nunca llega? Es tiempo de tomar decisiones, aunque no todo este bajo control. Corres el riesgo de equivocarte, que siempre es mejor que no hacer nada.
- La comparación. Ni te imaginas la travesía tormentosa o soleada que está haciendo el otro. ¿Por qué compararte? Compararte te hace inseguro, pequeño, precipitado. Estoy convencida de que, si amontonamos los problemas y dificultades de todos, cada uno en su montón, al observarlo, preferiría quedarse con el suyo propio.
- La procrastinación. Empieza y luego ya iremos viendo, pero empieza. Procrastinar tiene que ver con posponer constantemente, con sobrepensar lo que tienes que hacer sin acometerlo. Lo que más energía supone es empezar, después todo es “coser y cantar”. ¿Te suena?
- La queja. Nos quejamos por todo y constantemente, con palabras, con gestos, con pensamientos y con expresiones. Cuando la queja hace acto de presencia, has olvidado todo lo que tienes y te has centrado en lo que no tienes o en lo que no está cómo a ti te gustaría. Antídoto: el agradecimiento. Si detectas cuando aparece una queja y la transformas en agradecimiento, tu mente, tu corazón, tu cuerpo y, sobre todo, tu entorno, también lo agradecerán.
- La zona de confort. Tiene que ver con acomodarse, con vivir, muchas veces, en automático. Si quieres que pasen cosas diferentes, haz cosas diferentes. Tan sencillo y tan complejo a la vez. No hacen falta cambios radicales, pero sí pequeños cambios que me mantengan activo.
Estos son algunos ladrones, ¿se te ocurre algún hurto más sobre el que hablar? Recuerda que el tiempo se va y no vuelve, no esperes a mañana, porque ¿y si mañana no llega?
Dori Díaz Montejo
Psicóloga Educativa y Orientadora.
Comparte