¿Ciencias? ¿Letras? ¿Acaso no hay nada más?

Durante varios años hemos preguntado a nuestros alumnos qué ideas tenían sobre qué era estudiar ciencias y qué suponía escoger letras, y las conclusiones se repetían.
Las frases más escuchadas ante esa pregunta eran: “a ciencias van los que valen para las carreras más difíciles”, “las letras son solo para carreras como Filología o Derecho”, “las carreras de ciencias tienen mejor prestigio y las de letras son más aburridas”…
El más escuchado entre todos es siempre que ciencias abre más puertas que letras. Esta afirmación tiene una parte cierta, ya que desde la opción de ciencias puedes acceder a estudios de todas las ramas, mientras que desde las otras opciones no puedes acceder a estudios de ciencias. Sin embargo, esta misma certeza es la propia trampa. Las asignaturas de ciencias exigen unas capacidades y unas aptitudes que no todos los alumnos tienen. Así, muchos se ven atrapados por la dificultad de la opción y esto repercute negativamente en las notas. A la hora de acceder a la universidad, algunos de estos alumnos que escogen ciencias, lo hacen con una nota media más baja que si hubieran estudiado otra opción, lo que les cierra las puertas a algunos estudios.
Examen EvAU
Otro de los errores que suelen tener es pensar que solo se pueden matricular en la EvAU de las asignaturas que han cursado, y no es así. Si en algún momento se plantean estudiar una carrera de otra opción diferente a la suya (una carrera de ciencias habiendo cursado Bachillerato Artístico, por ejemplo), pueden preparar para la parte específica de la EvAU aquellas asignaturas que más ponderen en su carrera y presentarse a ellas, aunque no las hayan cursado en 2º de bachillerato. Esta opción no es sencilla, pero con constancia, dedicación y siguiendo las pautas que dan los profesores de las asignaturas, se puede lograr. Y saberlo desde el principio ayuda a no vivir la elección de modalidad como algo definitivo y sin vuelta atrás.
Otras vías
Pero el debate no termina entre ciencias o letras. Hay que tener en cuenta que hay más opciones de acceso a la universidad, como son el Bachillerato Artístico o la Formación Profesional. Esta última es una alternativa muy interesante para algunos alumnos, sobre todo aquellos que tienen una forma de aprender más práctica y menos centrada en contenidos teóricos. Desde FP de Grado Superior también se puede acceder a la universidad, aunque hay que tener en cuenta algunos matices. Por un lado, hay una cuestión de tiempo: FP supone 4 años lectivos (dos de Grado Medio y dos de Grado Superior) frente a los dos cursos de Bachillerato. Por otro, el acceso a la universidad es directo, sin EvAU, pero la nota media del módulo debe ser más alta. Es relevante advertir que, si el alumno estudia un grado de la misma rama del que ha hecho la FP, los conocimientos prácticos (así como el manejo del mundo laboral al que están orientados estos estudios) es mayor.
Así pues, en vez de centrarnos solo en la dicotomía ciencias o letras, hay que orientar a los alumnos para que conozcan sus puntos fuertes y puntos débiles como estudiantes, qué hábitos de estudio y trabajo tienen y cómo es su forma de pensar y de entender el mundo. Así podrán contrastar qué opción se acomoda más a su forma de ser como estudiante y a sus intereses profesionales.
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