• Cuando las cosas no salen como esperamos

Cuando las cosas no salen como esperamos

Cuando las cosas no salen como esperamos

Entramos en la época valle del curso.

Ha pasado el primer trimestre y nuestros alumnos han cogido el ritmo y saben, más o menos, cómo deben hacer frente a cada asignatura. También han tenido los primeros resultados, esos que hacen de espejo, y permiten que valoren si el trabajo hecho hasta ahora es eficaz o no. Así, ahora encontramos tres grandes grupos de alumnos:  

  1. Los que se han adaptado bien y, por tanto, sus resultados son buenos y acordes con lo esperado. Para ellos el reto ahora es ser constantes y, si se puede, buscar la excelencia.  
  2. Los que no han sabido ajustarse y han tenido resultados mediocres. En este caso toca analizar qué han hecho bien y qué áreas deben mejorar para remontar en el siguiente trimestre. ¿Es una cuestión de trabajo en casa?, ¿de planificación?, ¿de optimizar el trabajo en clase? Si hacen un buen análisis y establecen un buen plan de mejora, podrán optimizar los resultados en la siguiente evaluación.  
  3. Los que han obtenido resultados muy negativos y empiezan a atisbar que se tambalea conseguir su objetivo de este año escolar. Éste puede ser diferente en función del curso: puede que se les complique la promoción; puede ser que teman la Titulación de ESO si han agotado las posibilidades de repetición; en el caso de 2º Bachillerato, puede que no les vaya a dar la nota para acceder a los estudios de grado que quieren… 

La tercera situación puede ocasionar que los alumnos entren en una visión túnel y se vengan abajo. Así, con ellos habría que trabajar:  

  1. Evitar los dramas. Es normal tener un momento malo en el que deben liberar rabia, pero no deben estancarse en eso. Una vez superado ese momento, hay que ayudarles a orientar las energías en buscar soluciones, no en ahondar en el barro. 
  2. Recordar que las notas no son lo que les define, puesto que ellos son más que sus notas. Evitar mensajes y auto mensajes del tipo: “eres un vago” y cambiarlos por “podrías haber trabajado más”. 
  3. Valorar la situación como una oportunidad para aprender y crecer como persona. ¿En qué me estoy equivocando? Si hay algún resultado positivo, ¿qué responsabilidad tengo yo en esa asignatura?, ¿por qué no he podido generalizarlo al resto? 
  4. Analizar juntos dónde ha estado el problema: ¿las metas eran muy altas e inalcanzables?, ¿hay falta importante de estudio?, ¿de comprensión? Hacer un buen análisis de este punto es clave para saber dónde incidir a la hora de buscar soluciones.  
  5. Establecer un plan de intervención realista y ajustado: 
    • Si hablamos de alumnos de 2º Bachillerato que no les va a dar la media, valorar:
      • Si se puede compensar las notas más bajas con otras más altas para subir la media. 
      • Valorar alternativas: ¿Cambiar de Universidad?, ¿buscar estudios parecidos que luego permitan el paso convalidando asignaturas?, ¿acceder a una FPGS que luego de acceso a esos estudios?, ¿ir a otra Comunidad Autónoma?, ¿hacer el curso en 2 años para subir la media y luego preparar bien la EvAU…
    • Si es un problema de número de suspensos, plantear alternativas en función de las posibilidades:
      • ¿Se pueden recuperar? Establecer un plan de intervención para la recuperación.
      • ¿Se puede compensar con otras evaluaciones? Hablar con el profesor para ver cómo hacerlo. 
      • Si superar el curso parece difícil, en cualquier caso, dejar directamente dos asignaturas para centrarnos en el resto e intentar superar el curso, sabiendo que el año que viene habrá que recuperar éstas.

En cualquier caso, es momento de recordar que abandonar nunca es opción. Siempre hay alternativas, a veces sólo hace falta tener la cabeza tranquila para poder encontrarlas.  

Blanca Nieto Rico 

Orientadora escolar. 

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