Cuestión de hábitos

Llegan las vacaciones, la época de descansar, de renovar energías. Un momento ideal para hacer balance y prepararnos para el curso que viene. Es un período para plantearnos nuevas metas en todos los sentidos: personal, familiar, laboral, social… En definitiva, de decidir qué tipo de persona queremos ser el curso que viene.
Como dice James Claire en su libro “Hábitos atómicos”, una vez que sabes qué persona quieres ser, es más fácil analizar qué hábitos tienes que mantener y cuáles hay que cambiar para llegar a serlo. Y es que, según este autor, los grandes cambios de la vida surgen de modificar pequeñas costumbres cotidianas durante un periodo largo de tiempo.
Para explicarlo mejor pone el siguiente ejemplo: si vamos a volar desde Los Ángeles a Nueva York, pero cambiamos sólo 3,5º al sur, el avión llegará a Washington D. C. en vez de a Nueva York. Este cambio supondría apenas mover un par de metros la punta del avión antes del despegue y, sin embargo, en una distancia larga, supone llegar a un destino totalmente diferente. Pues algo así ocurre con nuestro día a día. Un pequeño cambio de conducta mantenido en el tiempo puede cambiar la dirección de tu vida.
El autor profundiza en este tema y explica que los hábitos se generan desde una necesidad. Ante esta necesidad nos surge un deseo al cual damos una respuesta que traerá una recompensa. Es decir, sigue este proceso:
SEÑAL → ANHELO → RESPUESTA → RECOMPENSA
Por ejemplo, siguiendo este esquema:
Llaman a la puerta (señal) → Quiero saber quién es (anhelo) → Abro la puerta (respuesta) → Descubro quién ha llamado y satisfago mi deseo de saber quién me busca (recompensa).
Para poder generar nuevos hábitos o eliminar aquellos que no me llevan a ser la persona que quiero ser, propone que se tengan en cuenta estas cuatro fases para crear o eliminar costumbres.
PARA CREAR UN
BUEN HÁBITO |
PARA ELIMINAR UN
MAL HÁBITO |
|
SEÑAL | Hacerlo obvio | Hacerlo invisible |
ANHELO | Hacerlo atractivo | Hacerlo poco atractivo |
RESPUESTA | Hacerlo sencillo | Hacerlo difícil |
RECOMPENSA | Hacerlo satisfactorio | Hacerlo insatisfactorio |
Por ejemplo, si se quiere generar un buen hábito como puede ser dejar el móvil en el salón cuando voy a dormir para leer un libro, los pasos a seguir serían los siguientes. El primero será hacerlo obvio y para eso podemos enlazar el hábito nuevo (leer antes de dormir) con uno que sea habitual: “antes de irme a la cama (habitual), dejaré el móvil en la cocina (nuevo)”. Es más sencillo hacerlo obvio si lo ubicamos en un lugar y un tiempo en el que hacerlo.
Para hacerlo atractivo podemos vincular la acción que queremos hacer con la acción que necesitamos hacer: “cuando esté en la cama, leeré un rato y luego me dormiré”.
El siguiente paso es hacerlo sencillo. Cuánto más complicada sea la ejecución de la tarea, más me costará mantener el hábito. En vez de proponernos leer un capítulo entero, empezar por leer una página.
Por último, consigue que ese nuevo hábito sea satisfactorio. Así, puedes marcar las páginas que lees cada día para ver la evolución o elegir bien el libro que vas a leer para que la recompensa esté en el mismo hecho de leer.
Es momento de hacer una lista de hábitos y analizar cuáles te acercan a la persona que quieres ser y cuáles debes cambiar. Hacerlo será, como siempre, tan fácil o complicado como nosotros lo queramos hacer. Pero no olvidemos que un pequeño cambio mantenido en el tiempo consigue mucho más que una gran meta con poco recorrido.
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