El mito de las salidas: productividad o fecundidad

Fíjate en éste:
Un rico industrial del norte se molestó al encontrar a un pescador del sur tranquilamente recostado en su barca y fumando en pipa.
+ ¿Por qué no has salido a pescar?, preguntó el rico industrial.
– Porque ya he pescado bastante por hoy, respondió el pescador.
+ ¿Y por qué no pescas más?, insistió el rico industrial.
– ¿Y qué iba a hacer con los peces?, preguntó a su vez el pescador.
+ Ganarás más dinero –fue la respuesta–. De ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nailon. Pronto ganarías para tener dos barcas… y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico como yo.
– ¿Y qué podría hacer entonces?, preguntó de nuevo el pescador.
+ Podrías sentarte y disfrutar de la vida, respondió el rico industrial.
– ¿Y que estoy haciendo en este preciso momento?, respondió satisfecho el pescador.
Vivimos en una sociedad altamente productiva, donde todo se mide en función de la rentabilidad de cada uno de nosotros. Producimos y consumimos en un círculo intenso e infinito. Además, consumimos cualquier cosa, viaje o experiencia. Al final, muchas veces trabajamos para obtener lo que tenemos, pero no lo disfrutamos.
Si un alumno nos pregunta por las salidas profesionales de unos determinados estudios, además de la lógica respuesta que debemos darle, podemos ir más allá haciéndole reflexionar al preguntarle: ¿Para qué quieres estudiar eso?
- Para ganar mucho dinero.
- Para ganar suficiente dinero.
- Para tener fama y prestigio.
- Para desarrollar un trabajo cómodo y que me permita hacer otras cosas.
- Para ser muy productivo.
- Para un largo etcétera.
Las respuestas no han de ser juzgadas ni moralizadas. Es importante que el alumno conozca todos estos “para qué” y opte por alguno o varios de ellos.
Frente al concepto de productividad está el de fecundidad, que produce frutos en abundancia, frutos ricos, valiosos y satisfactorios.
La cuestión, por tanto, es optar y aprovechar, elegir y que cada uno de nuestros estudiantes esté satisfecho. Para ello, es importante dar el primer paso, aterrizar. Tener un sueño, no supone estar todo el día en las nubes, implica saber cuál es el primer peldaño y cada uno de los siguientes para conseguirlo. Estos podrían ser los más relevantes:
- Una cosa de cada vez. Todo al mismo tiempo o muchos frentes abiertos lleva a caminos sin salida.
- Lo más importante, primero. Ordenar y priorizar.
- No dormirse en los laureles. Hay que gastar más energía en la práctica que en la idealización.
- Concentración. Hay que centrar la atención en lo que se está haciendo en el momento presente, en el aquí y el ahora.
- Ser capaz de acabar un proyecto. La única forma de avanzar y pasar página es finalizar lo anterior.
Cuando el alumno distinga entre productividad y fecundidad tendrá la capacidad de elegir el mejor camino universitario hacia una vida laboral y personal plena.
Comparte