• ¿Es compatible para los alumnos estudiar y trabajar?

¿Es compatible para los alumnos estudiar y trabajar?

¿Es compatible para los alumnos estudiar y trabajar?

Muchos alumnos se plantean comenzar a trabajar mientras están haciendo sus estudios superiores. Algunos lo hacen por un motivo de mera necesidad económica. En otros casos simplemente quieren disponer de cierta independencia monetaria de sus padres para poder mantener su ocio. Sea como sea, en muchos casos se preguntan, ¿será compatible? De primeras la respuesta es que no sólo es compatible, sino que es muy recomendable. 

Para que la mezcla de trabajo y estudio sea rentable, hay que valorar algunos aspectos. Uno de ellos es el tipo de trabajo que se va a buscar. Lo ideal sería que tuviera relación con los estudios que se están haciendo, pero no siempre es posible. Así encontramos diferentes alternativas: 

  • Trabajos sin contrato laboral. En este grupo incluimos las clases particulares o el cuidado de niños por las tardes/noches. En este caso el beneficio económico es íntegro para el estudiante y, depende del trabajo que se desempeñe, puede ser más o menos flexible para adaptarlo en época de exámenes o entregas.  
  • Trabajo a tiempo parcial. Obviamente es el más idóneo cuando se quiere compatibilizar con los estudios. Así hay diferentes maneras: fines de semana, épocas de vacaciones, días sueltos, fijos discontinuos…  

Sea como sea el tipo de trabajo, siempre va a tener aspectos positivos y negativos, aunque valoramos mucho más los primeros. Entre los negativos estaría: 

  • El tiempo del que se dispone es más limitado ya que combinar ambas tareas, resta tiempo de otras cosas. Esto puede generar mayor sensación de estrés.  
  • Hay una sobrecarga de responsabilidad y trabajo que no siempre se tiene la percepción de ser capaz de soportar.  
  • Estos dos aspectos pueden incidir negativamente en el rendimiento académico, por lo que es posible que se tarde más en terminar los estudios.  

La lista de ventajas o aspectos positivos es mayor:  

  • Tener independencia económica. Disponer de dinero propio pronto ayuda a aprender a valorar y gestionar el mismo. Esta es la mayor ventaja. También ayuda a generar la capacidad de ahorro y de valorar en qué invierten lo que ganan. Como recomendación, sería siempre positivo que un 10% de los beneficios lo inviertan en formación.  
  • Facilita la organización y gestión del tiempo. Cuantas más cosas tenemos que hacer, mejor nos organizamos. Así, al tener varias responsabilidades no hay más remedio que organizar tiempos de trabajo, estudio, ocio, descanso… Aquí es fundamental buscar tiempo para el cuidado personal, tanto físico como emocional.  
  • Cuando se asumen diferentes responsabilidades se desarrolla la autonomía y la madurez. Favorece el desarrollo de habilidades de las denominadas “soft skills” de las que se habló en un artículo anterior. Enfrentar diferentes tareas en diferentes escenarios facilita desarrollar la capacidad de flexibilización y adaptación.  
  • De cara al futuro, se adquiere experiencia en el ámbito laboral: gestión de contratos, nóminas, relación con un jefe, con compañeros… Una vez que los jóvenes se embarcan en el mundo laboral esto puede ser un reto, que se reduce si se ha tenido antes experiencia laboral. 
  • Amplia las relaciones sociales, siempre necesarias, y la red de contactos. Si el trabajo que se desarrolla, además, es del mismo sector que los estudios, esta red puede ser muy importante de cara al futuro.  
  • Enriquece el CV a la hora de buscar un trabajo más adelante. Ser una persona proactiva, con experiencia en el mundo laboral, con posibles referencias que aportar al trabajo, son aspectos que siempre benefician de cara al futuro.  

De todas formas, y como siempre decimos, antes de tomar la decisión de trabajar y estudiar a la vez, es bueno que el joven conozca sus posibilidades y sus limitaciones y, una vez analizados, elija. Pero si surgen dudas, ¡animarlos! Siempre se puede dar marcha atrás y volver a ser sólo estudiante.  

Blanca Nieto Rico. 

Orientadora escolar. 

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