• Frente al espejo

Frente al espejo

Frente al espejo

Los estudios dicen que tenemos en torno a cientos de pensamientos diarios y que, el 80% de esos pensamientos, son negativos.

Es importante plantearse cuántos de esos pensamientos negativos se dicen nuestros alumnos cuando se miran al espejo. Y valorar si esos pensamientos no solo son negativos, sino perjudiciales o lesivos para uno mismo. El mensaje siempre es diferente si están solos o si están con compañeros o amigos. En esta segunda opción es posible que digan aquello que creen que los demás esperan oír. Por eso, en esta reflexión vamos a hablar del primer escenario: sobre los mensajes que nos damos los seres humanos cuando nos encontramos a solas frente a un espejo, en el encuentro con uno mismo.

En ese encuentro es importante tener claro que aquello que uno se dice nunca es una realidad objetiva, sino que depende de la interpretación que cada persona hace en función de su diálogo y marco personal.

Es importante saber qué se dicen (o qué interpretación hacen de ellos mismos) nuestros adolescentes, puesto que así podremos conocer cuál es la imagen que tienen de sí mismos. Este proceso se puede hacer a partir de preguntas del tipo: ¿Qué te dices cuando te ves en el espejo? ¿Posas la mirada igual en todas las partes del cuerpo o hay algunas en las que te sientes más o menos a gusto? ¿Qué sentimientos te genera lo que ves reflejado en el espejo? Si la persona que está frente al espejo no fueras tú, ¿qué le dirías? ¿Qué destacarías como lo que más te gusta? ¿y lo que menos? Siempre se puede animar a que escriban en un cuaderno todas estas respuestas.

Pero si hablamos de acompañamiento personal es importante tener presente que la imagen que cada uno tiene de sí mismo no sólo tiene que ver con el plano físico, sino que habría que valorarla en todo su conjunto, en todas sus dimensiones. Lorenzo Sánchez, Psicólogo y Educador y autor del libro “Educar el Ser”, habla de que la persona, “el ser” está constituido por 5 dimensiones: corporal (donde se incluiría lo físico, lo que se refleja en el espejo), emocional, intelectual, social y espiritual. Por tanto, para poder trabajar a la persona en su totalidad, habría que valorar todas las dimensiones, no sólo la física. Así, la pregunta sería: si tuvieras un espejo que te mostrara cada una de estas dimensiones, ¿qué diría cada una de ti?

Se pueden plantear preguntas para favorecer esta reflexión y animar a que tomen nota de cada respuesta:

  • Emocional: ¿Eres capaz de reconocer e identificar tus emociones?, ¿te sientes secuestrado por ellas?, ¿o eres capaz de gestionarlas de manera adecuada?, ¿siempre actúas igual ante una misma situación o depende del contexto en que te encuentres? En caso de haber cambios emocionales, ¿son muy grandes?
  • Intelectual: No es una cuestión de valorar lo que dicen los demás, sino de plantearse, ¿cómo son mis pensamientos?, ¿tiendo a darle muchas vueltas a las cosas o intento resolver pronto?, ¿considero que tengo capacidades y habilidades intelectuales suficientes para enfrentar las tareas cotidianas?, ¿y para enfrentar nuevos retos o situaciones más complejas?
  • Social: ¿Cómo estoy de satisfecho con mis relaciones sociales?, ¿considero que soy capaz de hacer amigos con facilidad?, ¿y de distinguir amigos de conocidos, compañeros, personas que pasan, seguidores o seguidos en redes sociales?, ¿tiendo a relacionarme mejor en persona o de forma virtual?
  • Espiritual: ¿Cuál es el sentido de mi vida?, ¿dónde encuentro consuelo o refugio cuando me pasa algo?

Es importante cuidar los mensajes que nos damos al vernos frente al espejo. No se trata de engañarnos o de ocultar lo que no nos gusta, sino de cuidar el tono en el que nos hablamos. Y tú, ¿qué te dices cuando te miras al espejo? ¡Qué buena pregunta para hacer a nuestros alumnos!

Comparte