• Remontando el vuelo

Remontando el vuelo

Remontando el vuelo

O qué podemos hacer cuando las cosas no salen como esperamos.

Una vez avanzado el curso, nuestros alumnos han comenzado a recibir los resultados de sus esfuerzos. Y estos resultados no siempre son los que ellos  esperan: puede ser que hayan aprobado menos asignaturas de lo que esperaba, puede ser que la media no sea lo suficientemente alta, etc.

Cuando nos encontramos con alumnos afectados por estas situaciones, la dificultad suele estar en que lo que ellos esperaban que ocurriera, sus expectativas, pesaban más que la realidad y la situación en sí. De ahí que es momento de juntarnos con ellos y revisarlas para ajustarlas a la situación actual.

Cuando hablamos de expectativas nos referimos al conjunto de creencias, previsiones, suposiciones, deseos sobre lo que puede ocurrir (o no)… que generamos a partir de nuestros valores, de nuestra manera particular de ver el mundo. Por tanto, las expectativas no son certezas. Y ahí suele estar el error.

Entonces, ¿cómo podemos ayudar a nuestros alumnos cuando la realidad es muy diferente a lo que ellos esperaban?

  1. Animarles a evitar regodearse en la pena. Quedarse anclado en la situación, solo hace que la situación te paralice. La rabia, la frustración y el disgusto son buenos y necesarios, pero por un tiempo limitado.
  2. Aceptar la realidad. Cumpla o no su expectativa, la realidad es la que tenemos. Deben evitar gastar energías luchando o enfadándose y emplearlas en aceptar las cosas tal y como vienen. También es bueno que dejen de soñar con cosas que no están en sus manos: que el examen sea fácil, que el profesor le quiera ayudar… Solo podrán cambiar lo que dependa de ellos.
  3. Recordarles que, como dice la psiquiatra Marián Rojas, “no hay vida sin errores, sin dolores, ni batallas”. Lo que hoy es un problema, en el futuro puede ser el primer paso para una nueva y maravillosa realidad.
  4. Ayudarles a ajustar las expectativas a la realidad. Se puede hacer a partir de la pregunta: Y ahora, ¿qué hacemos con todo esto?
  5. Animarles a plantear otros escenarios. Si la nota se prevé que no va a dar para hacer medicina, por ejemplo, es momento de plantearnos alternativas: otro grado universitario que convalide asignaturas y volver a presentarme a la Evau; valorar otras Universidades o Comunidades Autónomas, hacer un CFGS y pasar de ahí a la Universidad. El plan A no siempre funciona, por lo que es necesario tener, como mínimo, un plan B y un C.
  6. Plantear con ellos objetivos a corto plazo, realistas y alcanzables. Hoy no pueden cambiar lo que vaya a pasar en junio, pero si pueden cambiar lo que va a pasar hoy. El ahora es lo único que tienen asegurado y lo único sobre lo que se puede hacer algo. A veces las cosas no salen bien porque estamos muy centrados en el futuro (que me dé la nota) o en el pasado (si hubiera hecho otra elección…). Dejar de ‘pre-ocuparse’ para ocuparse.
  7. Analizar juntos los errores: ofrecerles hablar con los profesores de las asignaturas en las que no se han obtenido los resultados adecuados para ver juntos qué se puede hacer para mejorar el resto del curso, por ejemplo. Evitar repetir errores en el futuro y potenciar lo que está bien (que siempre hay cosas bien hechas) es fundamental. Si el alumno considera que el margen de cambio es poco (me equivoqué de optativa, por ejemplo) no permitir que se estanque en decisiones del pasado e intentar superar la situación de la mejor manera posible.
  8. Pensar en grande. No quedarse en lo anecdótico, en la foto. Ver la película entera y hacer un proyecto de futuro. ¿Que supone dar más vueltas coger otro camino? Tienen que valorar qué es lo importante.

La mejor manera de retomar el vuelo después de que la vida no nos salga como esperamos, por tanto, es dejar de hacer o esperar lo que hacíamos antes y reorientar los objetivos. Como dijo James Dean: “no puedo cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar mis velas para que me lleven a mi destino”.

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