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Trabajo y familia: en busca del equilibrio

La conciliación familiar no resulta sencilla. Y cuanta más gente a tu cargo y niños más pequeños, más difícil resulta llegar a todo.

“Los días deberían tener 30 horas”. Si tú también lo has dicho en algún momento, te invitamos a que dediques unos minutos de tu ajetreado día para relajarte, leernos, reírte un rato y darnos (o no) la razón. 

Si no conoces la teoría del 888… ya te la contamos nosotros. Robert Owen (1771-1858) fue un empresario nacido en Gales que luchó por los derechos de los trabajadores. Decía, muy sabiamente, que la calidad de trabajo de un obrero tiene relación directa con la calidad de vida del mismo. Es decir, cuanto más feliz seas, más productivo serás en tu puesto de trabajo. En 1817 formuló el lema: “ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo, ocho horas de descanso”. Tuvo ocho hijos. Amén si consiguió su propósito, que nos pase sus horarios. 

Esta teoría se vuelve utópica cuando: trabajas fuera de casa, tienes niños pequeños, tienes que limpiar la casa, tienes familiares mayores a los que atender, tienes que tender, planchar, lavar, tienes que hacer deporte porque es bueno para la salud, tienes que hacer la compra, tienes que atender a tus amistades, tienes que leer ese libro que te prestaron hace ya tres meses y tienes que mantener tu salud mental a flote. Si nadie ha inventado todavía la máquina de clones, es un buen momento. 

Los europeos tardamos una media de 42 minutos en llegar a nuestro puesto de trabajo (los que menos tardan son los portugueses, 34 minutos, según un estudio de la plataforma de empleo Page Personnel). Así que a nuestras horas no laborales debemos restarle como poco una hora, más (generalmente) otra hora para comer allí. Eso nos quita dos horas de nuestra vida fuera de la oficina. Ya no tenemos dieciséis horas “libres”, sino catorce (como mucho). 

Si restamos las ocho horas (os las deseamos de todo corazón) de sueño, nos quedan seis horas para atender todos los aspectos de la vida cotidiana. ¿Te parecen muchas o pocas? La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, ARHOE, asegura que el 75% de los padres españoles dedican dos horas al día al cuidado de los pequeños de la casa. El 17% entre una y dos horas. 

Ese mismo estudio reveló que estas dos horas destinadas a los hijos tienen como principal propósito darles de comer. Cuando se les preguntó a los 430 encuestados qué les impide pasar más tiempo con sus hijos las respuestas más recurrentes fueron dos: trabajo y tareas domésticas. Lo habías adivinado, ¿a que sí? 

No obstante, no vamos a dejarte con mal sabor de boca: hay esperanza. Como siempre, una buena organización marca la diferencia. Numerosos expertos animan a plantearse esas ocho horas de “ocio” como otra jornada, pero de no-trabajo.  

Sí, planificación, horarios y organización de tareas. Te va a tocar sacar papel y boli para apuntar todas las obligaciones que tienes a lo largo del día y de la semana. Después, ubícalas en tu horario y repártelas de manera que no se agolpen todas en un mismo día. Si lo necesitas, apunta también (en fosforito y bien grande) tu momento de descanso total para ti: para leer, ver una serie, escuchar música o quedar con tus amistades. Eh, y navegar también por nuestra web, que es un tiempo de calidad bien invertido 

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