Las resoluciones de conflictos no solo mejoran la convivencia, sino que, además, ayudan a crear un ambiente respetuoso promoviendo la mejora de las habilidades sociales y emocionales de los alumnos.
Los problemas entre el alumnado o sus conflictos en casa pueden tener un impacto muy negativo en su rendimiento y bienestar emocional por lo que es vital ayudarles a crear una base fuerte y sana para saber visualizar el problema, analizarlo y poder resolverlo desde la tranquilidad y la empatía.
Además, también se debe tener en cuenta lo importante que es enseñarles a pedir ayuda, hacerles ver lo innecesario que es vivir un conflicto o una mala situación en solitario. Los problemas siempre son menos problemas si estás acompañado.
Alentarles a pedir ayuda puede brindarles la oportunidad de reconocer su situación y también les ayudará a fortalecer su autoestima y confianza, entendiendo que no es una debilidad sino una muestra de valentía y responsabilidad.
El desarrollo de sus habilidades comunicativas puede ser muy importante a la hora de expresar lo que está viviendo y sintiendo respecto a la situación de una manera clara y efectiva. Una capacidad que puede ayudarle tanto en la resolución de dicho conflicto como en muchas situaciones más a lo largo de su vida personal y profesional.
Unas jornadas sobre la resolución de conflictos podrían ser muy efectivas a la hora de ayudarles a abrirse y hablar sobre la situación que están viviendo.
¿Qué se puede llevar a cabo en estas jornadas?
La colaboración y comunicación activa entre los orientadores, profesores y padres es primordial para poder solucionar este tipo de problemas y, sobre todo, para prevenirlos.
La formación paso a paso de ambientes educativos armónicos y colaborativos ayudará a mejorar el rendimiento académico de los alumnos y también su capacidad de enfrentar desafíos en el futuro.