El mes de enero siempre es complicado: vuelta a la rutina, la famosa ‘cuesta de enero’, trabajo acumulado… todo ello hace que aumenten las probabilidades de sufrir estrés.
Es la pescadilla que se muerde la cola: tienes muchas tareas para las que necesitas tener la mente en pleno funcionamiento, pero las gestionas mal y te estresas, pierdes la concentración, te estresas todavía más…
Un estudio del Gobierno de España, basado en los datos clínicos de Atención Primaria, estableció que la ansiedad es el problema de salud mental que más se ha registrado en nuestros centros de salud. Por si esto fuera poco, el Eurostat (Oficina Europea de Estadística) indica que España es el quinto país con mayor nivel de estrés entre los países de la Unión Europea.
Si estás entre este grupo de gente (que es lo más probable), te conviene saber cómo afecta el estrés a tu estado de concentración. O lo que es lo mismo, cómo el estrés te perjudicará a la hora de realizar tu trabajo:
Bloqueo mental. No podrás poner en orden tus pensamientos ni seguir un plan de trabajo sencillo.
Crisis de olvidos. Te sentirás más distraído y empezarás a notar que olvidas cosas sencillas como dónde has dejado los informes o las llaves.
Perder el hilo. Ya sea redactando un texto o manteniendo una simple conversación, el estrés puede hacer que seas incapaz de seguir el argumento.
Pero no queremos dejarte solo malas noticias: una buena manera de evitar el estrés laboral es mejorando tu concentración. Así, serás más efectivo en tus tareas y podrás cumplir con tus obligaciones sin que te eche humo la cabeza. Te dejamos algunos valiosos consejos para mejor tu capacidad de atención:
Haz descansos regulares (pero conscientes). La ley contempla el derecho a cinco minutos de descanso por cada hora trabajada en el caso de estar continuamente con una pantalla, como puede ser al analizar unos datos. No hace falta que lo cumplas a rajatabla, escucha a tu cuerpo: cuando pierdas el hilo y te sientas contraído… es el momento de hacer una breve pausa.